Estoy mejor que nunca. Como no hacerlo, si por fin me encuentro nuevamente; como no hacerlo si por fin dejo que me encuentren; como no hacerlo si ahora vuelvo a comprender que en la crueldad de la vida es donde se esconden los mejores tesoros de uno mismo; como no hacerlo si tengo la constancia de que hay algo al otro lado del sol; como no hacerlo si ahora tengo la oportunidad de coquetear con las tensiones del prójimo, que generan mi rebeldía; como no hacerlo si lo racional es placebo y lo irreal no deja de ser fútil.

jueves, 19 de diciembre de 2013

Y LES DIERON GAS POR DERECHOS

Me llora el alma a borbotones,
colmada de injusticia hasta la medida.
Pues con un gesto garantizan,
mas con otro a imberbes gacifican:
Bono escolar en mano izquierda
reprimenda infantil en la derecha.

Demagogia en voz en cuello
y zorra tiranía entre rebaño,
el populismo siempre camuflado:
acumulando votos con prebenda,
previendo cúmulos de botados.

Botados en su agonía por disidentes.
Botados al margen por resistentes.
Botados los cadáveres a fosas,
fosas comunes de botados niños.
Botados hasta los votantes
y siguen los tiranos indignantes.

Garantizaremos sus derechos
les dijeron los malhechores,
ofrecieron así  equidad y justicia:
y como a terroristas retractores.
sólo violaron su inocencia
con reprimenda y golpiza,

¡Me llora el alma a borbotones,
con este gobierno hipócrita
y sus autoritarios matones!
pero me ayudaras a pegar el grito
para joder a estos cabrones.

19/12/2013



viernes, 13 de diciembre de 2013

INDECISIÓN

Ferrocarril, carril, carril,
Arica-La Paz, La Paz, La Paz…
un paso para adelante
y otro para atrás, atrás, atrás…

Al momento de dar el clavado,
torna relevante guardar la toalla
y refrescarse sólo en el lavabo.

Ya convencido a tomar las riendas,
decido desensillar y guardar meriendas…
con locomotora siempre para adelante
votando su humo blanco hacia atrás.

Un paso para delante y otro para atrás,
el espacio acaba cada vez más estrecho,
mientras el tiempo aún corre rapaz.

13/12/13


miércoles, 11 de diciembre de 2013

VIOLENTADA


Allí yace, depositada en un frígido rincón, cual bulto abandonado ante el altar de dioses inmisericordes, recargada de penumbra y soledad, saciada por las sombras que la rodean y embrutecida por recuerdos e imágenes abstractas que la hostigan y merodean.

De pronto, se palpa melancólicamente el cuerpo para terminar acariciando su aterciopelada tez, mientras las saladas lágrimas buscan la manera de brotar nuevamente por sus henchidos ojos. Toma una gran bocanada de aire que luego expulsa solemnemente, dándose así el impulso mínimamente requerido para arrebatar de la mesa cercana un pequeño trozo de papel de arroz y la cartera de tabaco, mas antes de concluir lo cometido, desvía su atención a la blanca celulosa aferrada entre sus dedos e imprime un nuevo esfuerzo por alcanzar algún lápiz desparramado en la misma mesa. Ahí mismo se reclina sobre un asiento y extiende ante la tabla el pequeño pliego donde planea plasmar, quizás, las últimas palabras que alimentan su tormento.

Nuevamente respira hondo y vuelve a ensimismarse ante sus revoloteados pensamientos. La indecisión la mantiene dispersa y la perversa ansia por concluir sumariamente la aflige aún más. Confundida, aparentemente abandonando la empresa lírica, coge una pizca de húmedo tabaco, la palpa suavemente apreciando como de costumbre la fina grasa que deja su rastro entre el índice y el pulgar, aspira sutilmente su fresco aroma y vuelve a depositarlo en su lugar, sin permitir en ésta ocasión que le salivé la lengua.

Resuelta, embiste una nueva empresa y apura sus pasos hasta la habitación contigua, abriendo sin contratiempo alguno la puerta del ropero y trepando hasta la última repisa, para sacar de allí un receptáculo de madera brillante con altorrelieves barrocos. Cumplida su meta, ensombrece el rostro y retorna a la mesa con el paquete entre las manos, recuperando la magra expresión que ahonda en su tristeza. Retira la tapa del cofre y con proverbial paciencia extrae el antiguo revólver Smith&Wesson calibre 38 de su benemérito progenitor, así como la pequeña caja de municiones plateadas y los implementos de limpieza.

Distraída con el afán, abandona esporádicamente aquél cúmulo de aflicciones y concentra su vitalidad en desarrollar un trabajo absolutamente pulcro para relucir de aseo el cromo que cubre el arma, así como las sulfurosas estrías que corren en espiral por el interior del cañón. Obsesión estridente que empieza a carcomerla por dentro. A partir de la séptima u octava repetición de una rutina que rememora antiguas caricias del frío metálico, cual si fuera la gélida alma de aquel amor mal correspondido, del tirano que la mantuvo en equívoca contemplación obnubilando su ser primicial, del truhán que la está ahogando entre suspiros y melancolía, vuelve en sí para seguir martirizándose.

Arma en mano, con la fría bala depositada suavemente dentro del tambor, con la cacha hurtándole calor y humedad a la piel de sus manos y con el cañón bien dispuesto en la sien derecha, el remolino de tristes recuerdos y el dilema ético gangrenándole la mente, siente la presión del gatillo entre el temblar de sus falanges y presume el “click” del martillo que se clava en el percutor: incandescente chisporroteo que ilumina todo el ambiente, que vierte de nueva luz su cerebro y amalgama de colores sus sentidos; estruendo que retumba en cada una de las paredes, en cada mueble, en cada rincón, en cada vericueto, cuyo eco repica estridentemente en los vidrios, casi clisándolos entre hondas ensordecedoras. Así se abre paso entre el conducto surcado, girando armoniosamente, la energúmena munición que irá a impactar su confusa testa.

Restablecida del shock, retraída del premonitorio sueño, aterrizada en la última impresión, aquella que refiere el peso del arma apoyándose cerca del parietal, derrama su última lágrima de impotencia y abandona el arma al costado de la tabacalera. A la par, cae en cuenta que lo único que puede ganar como venganza es que su verdugo tome, por primera vez en su vida, una esponja para limpiar la sangre derramada en la alfombra.


Ahora sólo le queda empacar sin retorno.

(11/12/13)


jueves, 5 de diciembre de 2013

HASTA LA PERCEPCIÓN RESULTA PIRATEADA II

Precisamente uno de los casos más pervertidos de piratería que nutre de morbo nuestra cotidianeidad, es aquella mezquina intención mediática de generar mayor audiencia por medio de la crónica roja, que de crónica tiene la enfermedad y de roja las manchas de sangre con que se ceban los ampulosos bolsillos de quienes lucran con el pesar humano.
              
Insisto en que es un modo contemporáneo de piratería, no sólo por la codicia bucanera que la engendra, ni la insensibilidad corsaria con que muestran despiadadamente alguna desgracia, ora sed de sangre caliente que le de el tinte llamativo a la pantalla, ora ignominia arrasadora que aleje cualquier atisbo sobre la verdad; es además piratería de calca y copia, toda vez que rematan con tiros al blanco a las víctimas del sistema, cual presas escogidas para purgar su ponzoña desde el primer brebaje.

Se trata de una masa polimorfa que acecha lo más cotizado, recalcando una y otra vez sobre el mismo tema hasta que rebalsen la tolerancia y su psicosis deje de mellar conciencias. Obviamente esta podredumbre que carcome hasta al alma más pura, tiene la afición de expandir su mohosidad sembrando esporas incluso más allá de la conciencia y moralidad, repercutiendo en otras sensaciones que guíen la vida en las urbes: apología permanente de la deshumanización, criminalización de lo natural y racionalmente humano, fábrica constante de manuales de modus operandi para principiantes y expertos; desvirtúan permanentemente la percepción, dando pie a que la sensación errónea de victimización torne en victimaria. Tan es así, que en países como el mío la gente cree que vive dentro de una oscura nube de inseguridad y que todos sus bienes, incluso los espirituales, se ven constantemente amenazados ante el asalto de mitológicos destripadores.


Este es pues, el primer factor de piratería escogido en el análisis, toda vez que los monopolizadores de la desinformación pueden hacer y deshacer a su antojo, con tan sólo una pizca de engaño y cundiendo la moda mediática coyuntural… pero al final la memoria es tan sabia que su abono termina bien pasmado en lo recóndito de la estupidez…
(05/12/13)

miércoles, 4 de diciembre de 2013

HASTA LA PERCEPCIÓN RESULTA PIRATEADA I

Sin ánimo de ser pretencioso, simplemente pariendo reflexiones en voz alta, o para ser precisos en texto con letra “Arial 12”, tañen con eco neuronal algunas conclusiones ciertamente desoladoras: no sé si se trata de una cuestión ancestral, tampoco si se replica en el resto de la región, mucho menos si se trata de alguna rareza genética o instinto de supervivencia ante un mundo globalizado sobre las espaldas de los países en desarrollo, sin embargo acá se hace evidente nuestra capacidad, afición, voluntad, sujeción, dependencia, angurria, fiebre por la piratería.

En efecto, cuando encontramos que alguna idea o proyecto tiene buenos resultados, somos los primeros en copiar la iniciativa… y si podemos tomarle la delantera hasta nos arrogamos su autoría. Claro, cuando se trata de proyectos de desarrollo solemos generar malas copias, con papel carbónico gastado por anteriores recomendaciones de gabinete emitidas por el Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial. Pero en el resto de los aspectos de la vida suele irnos individualmente bien al momento de imitar y/o superar la copia original.

Evidentemente no es motivo de orgullo el adolecer de tal manera de creatividad y tener el ingenio en reposo para usurpárselo a otro, mas en la cacería si somos expertos en atinarle al blanco en el primer tiro… y si nos va mal, ya a alguien se le ocurrirá otra nueva presa.


Esta abstracta protuberancia del surrealismo en que vivimos se expande transversalmente en prácticamente todos los espacios y momentos de desenvolvimiento social que nos rodea. Muchas de aquellas veces, con grandes satisfacciones e incluso inspirando ciertas alteraciones positivas que reditúan posesionándonos en el podio del liderazgo; pero en otros casos no es más que una masa fangosa que nos atrapa hasta el cuello y asfixia toda esperanza de brotar eficientemente ante la dinámica mundial, abundantemente conocida como rigor caníbal y competencia sin trincheras…

(4/12/13)